Aplicación de pintura industrial al agua
La pintura industrial al agua no es otra que la pintura líquida aplicada en procesos y materiales industriales. Existen varias formas de aplicación que hoy intentaremos explicarte de forma breve.
En Pinter Pintados y Derivados somos pintores industriales en Barcelona expertos en la aplicación de pintura industrial al agua así como de pintura en polvo. Trabajamos para todos los sectores industriales que necesiten de nuestros servicios, tanto en el sector del automóvil como de obras urbanas, construcción y procesos industriales en general.
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Aplicaciones de la pintura industrial al agua:
Por inmersión:
Se introduce el objeto a recubrir en cubas de gran capacidad, en función lógicamente del tamaño del objeto. El contenido de la cuba debe mantener la temperatura constantemente, controlando ésta mediante bombas de circulación. Se trata de una instalación bastante compleja y que requiere de un control exhaustivo, sobre todo cuando se debe pintar mucha cantidad de piezas.
Es por ello que es un tipo de aplicación que no recomendamos dada su complejidad y la elevación de costes consecuente.
Aplicación con aerógrafo
Para esta aplicación básicamente se necesita una pistola de pulverización que lo que hace es dividir la pintura líquida en pequeñas gotas de manera que formen una especie de niebla de pintura que recubra la pieza en cuestión, formando una capa delgada de pintura.
Esta pulverización se consigue de distintas maneras; mediante la fuerza centrífuga, alta presión o aire. Este último -método aerográfico- es el más utilizado, aunque cada vez se innova más en la aplicación de pintura industrial al agua y van saliendo nuevos métodos. Uno de ellos y con los que contamos son los que utilizan la aplicación electroestática.
Con el método aerográfico se utiliza una pistola que tiene una entrada de aire comprimido y otra de pintura cerradas por una válvula, de forma que se abren o cierran gracias a la acción de un gatillo y un juego de palancas. Lógicamente, cuando se acciona el gatillo las válvulas se abren y dejan pasar el aire y pintura de forma que pulveriza el líquido.
Hay que tener en cuenta que a mayor presión de aire la pulverización será más fina, de tal forma que para una aplicación más fina hay que utilizar mayor presión. No obstante, hay que hacerlo con cierto límite, ya que una cantidad de aire demasiado alta (mucha presión), puede hacer que la pintura llegue al objeto seca y por lo tanto, no se pueda adherir correctamente.
Por electrodeposición
Este método complementa el de la aplicación por inmersión, ya que evita problemas como resultados no uniformes, acumulación de pintura en ciertas zonas y consecuentemente el tiempo invertido en ‘arreglar’ estos desperfectos. Para poder llevar a cabo este método se necesita una cuba para inmersión con cierta equipación, como bombas y filtros especiales, instalación para controlar la temperatura y una fuente eléctrica continua para poder variar la tensión. Esta tensión debe tener hasta 13.000 amperios por cm2, de tal forma que se pueda modificar el voltaje según el tamaño del objeto a pintar.
El proceso de pintado mediante electrodeposición es muy interesante. Cuando se sumerge el objeto en la cuba éste forma el polo positivo y la cuba en sí actúa de polo negativo. En cuanto entra en juego la corriente eléctrica, las partículas de pintura se desplazan hacia el polo positivo (el objeto) formando una película sobre éste.
Además, se trata de un método muy rápido ya que el tiempo necesario para hacerlo ronda alrededor de los 3 minutos. Finalmente se deja secar el objeto y se le hace un baño con agua destilada a presión para quitar el sobrante, para pasar por un horno de secado al aire y después al horno de polimerizado a una temperatura entre 160 o 180 grados, dependiendo del tiempo de secado.